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Tomo 7
LAS TERAPIAS DE LA FELICIDAD
«No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices»
Stevenson, Robert Louis
Definir el concepto de felicidad es tarea ardua. Seguramente sea una de las definiciones más controvertidas y complicadas.
El ser humano ha tendido siempre a perseguir la felicidad como una meta o un fin, como un estado de bienestar ideal y permanente al que llegar. También, puede afirmarse, la felicidad se compone de pequeños momentos, de detalles vividos en el día a día, y quizá su principal característica sea su capacidad de aparecer y desaparecer de forma constante a lo largo de nuestras vidas.
Otra de los aspectos en torno a este tema es dónde buscar la felici-dad. Si en acontecimientos externos y materiales o en nuestro interior, en nuestras propias disposiciones internas. Aún hoy es difícil respon
der a esta cuestión.
La felicidad, concepto con profundos significados, es alegría, pero también contiene otras emociones. Compromiso, lucha, reto, incluso aunque sea paradójico, el dolor.
La Felicidad es la motivación, la actividad dirigida a algo, el deseo de alcanzar metas, su búsqueda. Transitar ese camino, es lo que produce en las personas sentimientos positivos profundos y el logro del objetivo propuesto que conduce a la felicidad.
¿La felicidad atrae la buena salud?
¿Influyen nuestros estados emocionales sobre nuestro estado g poral? ¿Existe una conexión entre nuestros pensamientos y rusa, cuerpo físico? ¿Existe la relación mente-cuerpo?
¿Es cierto que los pensamientos «positivos», el ser buena gens atraen bienestar y buena salud? ¿Se comunican nuestros pensarie. tos con los distintos órganos del cuerpo? ¿Qué sucede cuando me emocionamos, nos asustamos, nos deprimimos, nos reímos o nos e. tusiasmamos ante algún acontecimiento o noticia que nos impada?
Indudablemente, al igual que nuestro cerebro es capaz de regista los estímulos físicos, el cuerpo también registra los estímulos emocio nales y responde ante ellos.
¿Cómo responde?
Mediante la liberación de verdaderos Mensajeros de los pensamien
tos» llamados neurotransmisores, neuropéptidos o neurohormonas
Podríamos decir que éstas son sustancias liberadas por el cerebro o las terminaciones nerviosas u otros órganos del cuerpo humano, que actúan a distancia sobre los distintos sistemas del organismo.
Ante cualquier situación, digamos estrés, se prende una especie de «alarma roja» a nivel del hipotálamo. A su vez, el hipotálamo genera de terminados neurotransmisores, que dan aviso, por ejemplo, a la glar. dula pituitaria (hipófisis) que activada libera HGH, la famosa «hormona maestra», la cual por su parte estimula la producción de diversas sus tancias. Algunas de estas sustancias son neuropéptidos (mensajeros de pensamientos), que tienen la función de producir efectos analgé sicos, o antiinflamatorios o sencillamente reguladores del sistema inmunológico.
¿Por qué referirnos al sistema inmune si estamos hablando de algu nas de las funciones del cerebro?
Porque en la actualidad al sistema inmune se le considera una es pecie de «cerebro móvil» -que al igual que los órganos de los sentidos detectan lo que ocurre en el exterior- cuyas células detectan lo que está pasando dentro del organismo.
Frente a un estrés inmunológico como puede ser una infección u otro proceso patológico, el sistema inmune también es capaz de liberar estos «mensajeros de los pensamientos» y es capaz de recibir la acción de cualquiera de ellos liberado por el sistema nervioso. Se establece una verdadera «conversación» entre ambos sistemas. Es decir, que si es del caso, la piel, el sistema nervioso y la inmunidad, no actúan como sistemas independientes, sino que están estrechamente asociados y usan el mismo lenguaje
Células del sistema inmune liberan neurotransmisores. Por ejemplo, Beta-endorfinas.
Estos mediadores químicos han sido llamados también «las hormonas de la felicidad» porque producen un estado de bienestar general v se liberan en situaciones placenteras: Reír, dormir, amar, abrazar, orar, pensar positivamente, en fin, experimentar en nuestras vidas el maravilloso, único e inigualable sentimiento del amor.
Se puede entonces concluir que los estados de bienestar general producidos por las situaciones placenteras en comento, estimulan la liberación de las «hormonas de la felicidad», sustancias poderosas que fungen como verdaderos analgésicos, antiinflamatorios, antialérgicos e incluso reguladores del sistema inmunológico, actuando positivamente en enfermedades como la artritis reumatoide, esclerosis múltiple, psoriasis, eczemas alérgicos, vitíligo, enfermedades gastroin-testinales, infartos, hipertensión, sobrepeso, dolores reumáticos, cán-cer, estados depresivos, entre otras.
Este libro, el séptimo de la colección de la Biblioteca del Instituto de Medicina Bioenergética Vida sana, hablará entonces de la risa, de los abrazos, del sueño, del poder de la comunicación con Dios, del amor y del pensamiento positivo, como terapias.
Encontrarán ustedes en estas páginas la explicación del porque la salud es la base de la felicidad. Nos referimos desde luego a la salud integral del ser humano. (Cuerpo, mente y espiritu)
Al abordar los temas de la risoterapia, abrazoterapia, sueñotera-pia, el poder de la comunicación con Dios, el amor y el pensamiento positivo, nos referiremos también a las propiedades de las esencias florales, de ciertas frutas y plantas, de la hormona lamada serotonina (la hormona de la felicidad), de la melatonina (la hormona del sueño) y de los colores (Cromoterapia).
Existe una conexión auténtica entre el cerebro y todos los sistemas del cuerpo humano. Esta conexión explicaría la influencia de los pon-samientos, sentimientos y estados de ánimo en relación con nuestra salud. Cada día está más claro que el «ser buena gente» atrae la buena salud. Las buenas personas, felices, alegres, amorosas, en su gran mayoría, gozan de buena salud.
Las Terapias de la Felicidad le ayudarán a mejorar su calidad de vida. Les permitirá vivir más sanos y más tiempo en mejores condicio-nes. Estimularán las funciones de su organismo y coadyuvarán en la recuperación de la salud en general.
Pero atención.
Estas terapias no son la panacea ni tampoco el «remedio universal».
Deberán ser aplicadas como un complemento a los protocolos de tratamiento y curación que muchos de ustedes seguramente estarán desarrollando en la actualidad.
Lo que si puedo asegurarles es que con las Terapias de la Felicidad sus cuerpos ante la enfermedad se harán más potentes y lograrán resultados sorprendentes. La aplicación de las Terapias de la Felicidad los hará sentirse mejor. Las Terapias de la Felicidad fortalecerán sus cuerpos y espíritus, mejorarán sus hábitos y espero que por lo menos devuelvan a sus vidas la felicidad, la alegría y esa sonrisa, que llenaba sus corazones
de niños.
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